¿Quién no sufrió alguna vez por subir a un taxi que escuchara Alejandro Sanz durante todo el viaje? ¿O que estuviera justo escuchando Radio 10 cuando una está dando el ultimo repaso antes del parcial y no se puede concentrar porque la derecha la latiguea? ¿Quién no pidió alguna vez que baje el volumen de la radio?
A mí me pasaron todas esas cosas, y no pocas veces.
Así que tuve una idea.
Cuando ponga una empresa de Radio Taxis, será una en la que uno pueda elegir qué música escuchar.
Para eso, deberíamos conseguir taxistas tolerantes a diferentes estilos y calidades musicales, o en todo caso, los taxistas a los que le caiga bien el punk, irán con la gente de su tipo, y así en cada caso.
Las opciones son dos, a saber:
Tener una base de música similar a la de una radio, de manera que el usuario llame, diga hasta donde viaja, y que musica quiere escuchar. Si poseemos el cd solicitado, lo enviamos junto con el taxista.
Desventajas: Todos los taxis deberían salir del mismo punto, lo cual acotaría mucho nuestro radio de trabajo. La colección de cds implicaría una inversión, y un gasto de mantenimiento del orden de los cds.
La segunda opción, que parece más adecuada: Los taxis circulan a la espera de que los llamemos para retirar a alguien, pasajero que deberá encargarse de traer consigo la música que desee escuchar. Para eso, las unidades deberán estar provistas de stereos con cd, mp3, casettera, y un conector de entrada de linea, para poder conectar allí el iPod o Reproductor de Mp3 del cliente que desgraciadamente ha perdido la buena costumbre de cargar consigo sus cds. En todo caso, para tomar algo de la opción 1 podrían tener una minibase de unos 40 cds, para el distraido que se olvido su cd favorito sobre la mesa al salir corriendo.
A su vez, circularían taxis por las calles con alguna marca conocida por todos de manera de poder tomarlo también por toda esta gran ciudad.
Una de las reglas básicas es que el control remoto del stereo estará en manos del conductor del vehículo. Y no se lleva a más de 3 pasajeros, así el de adelante no mete la mano donde no le corresponde.
